El candidato es el mensaje

La campaña de las elecciones catalanas del 12-M, que empieza este viernes, será un visto y no visto, una campaña relámpago. La anticipación, la convocatoria forzada de los comicios firmada por el president Pere Aragonès, buscaba coger a Junts a contrapié, pero posiblemente no calibró lo bastante bien la variable de la amnistía. Lejos de cortocircuitar una eventual candidatura de Carles Puigdemont, la publicación de la ley en el B.O.E, a finales de mayo o principios de junio, posibilita no solo el retorno del president en el exilio, sino su candidatura "efectiva" a la presidencia de la Generalitat. Es decir, que Puigdemont pueda volver y, además, presidir el Govern si es que es investido por el Parlament. Sea como sea, Puigdemont ha superado con nota la corta, muy corta precampaña, al haberse situado en el centro de todas las declaraciones y actos preelectorales de sus oponentes.

Ante la evidencia, ERC ha hecho tres o cuatro cosas para enderezar el rumbo de unos pronósticos electorales poco halagadores. De entrada, buscar el cuerpo a cuerpo entre Aragonès y Puigdemont para mantener opciones de disputarle, cuando menos, la hegemonía del independentismo. No ha tenido éxito Aragonès al arrancarle un cara a cara al president en el exilio, que se lo ha denegado, a pesar de la disposición del candidato de ERC a hacerlo donde hiciera falta. Puigdemont no lo acepta porque busca polarizar la campaña entre él y el........

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