El próximo jueves, 7 de marzo, vence el plazo para que la comisión de justicia del Congreso valide el dictamen sobre la ley de Amnistía que el "no" de Junts durante el trámite anterior en la misma Cámara Baja española impidió que se aprobara definitivamente. Se han hecho interpretaciones de todo tipo sobre si Junts se equivocó o no con su negativa previa; también, sobre si el PSOE se podría haber ahorrado o no la inclusión del terrorismo en el texto, incluso como excepción de la excepción —se amnistiará el terrorismo siempre que no afecte a derechos humanos—. Pues bien: desde la Segunda Guerra Mundial se han sustanciado en países de Europa más de 50 procedimientos de amnistía y ninguno de ellos ha excluido el terrorismo, incluida la amnistía de 1977 en España, que impulsó la Transición, o la reciente amnistía aprobada en el Reino Unido para todo el mundo que quedaba por amnistiar del proceso de paz de Irlanda del Norte, es decir, miembros del IRA y del ejército británico con delitos de sangre. Algo que ha indignado a casi a todo el mundo en la oposición británica, laborista, en la República de Irlanda —que ha impugnado la ley en los tribunales europeos— e, incluso, a la presidencia de Estados Unidos. Fijémonos en este caso, porque permite entender algunas cosas en el caso de la amnistía, según parece de aprobación inminente, para los líderes del procés independentista catalán.
La ley de amnistía británica para los condenados por crímenes en el conflicto de Irlanda del Norte, impulsada por el gobierno del conservador........