El proyecto aznarista de convertir el País Valencià en "la playa de Madrid" acaba de culminarse en la destrucción causada por la reciente gota fría. Provincializar una nación como la valenciana a través de una lenta pero persistente sustitución demolingüística y de una enfermiza adicción a la economía solyplayista del tocho, no implica solo pintarla como una casa de putas temática para celebrar la Copa América o la F1, pues cuando transformas una tierra con esencia propia en el meadero de la metrópoli (en este caso, del gran Madrid DF) tarde o temprano acabará apestando a muerte. Hay que recordarlo las veces que haga falta; el proyecto de residualizar a los valencianos y folklorizarlos es el laboratorio con el que el nacionalismo ibérico siempre había trabajado para aplicarlo a Catalunya. Que Barcelona se esté valencianizando, en este sentido, debe ponernos en guardia.
Por mucho que todo el mundo aviste cambios radicales después de la DANA, las placas tectónicas de la política española permanecerán intactas, incluso más........© ElNacional.cat