Cuando fue alcalde de Girona, ya era así de buenazo, un dechado de magnanimidad, que solo pensaba en los pobres, ese era Puigdemont.

Entonces, julio de 2012, su partido se llamaba Convergència i Unió, y aún faltaban dos años para que Jordi Pujol reconociese públicamente que escondía un montonazo de dinero sin declarar, y que había estado engañando a todos los catalanes, al tiempo que hacía alarde de poseer una ética intachable. El buen corazón de Convergència i Unió siempre ha sido así, corazón tierno de regalarle un bizcocho en el día de su santo al que barre, para que no se le olvide ir a misa.

De candados y de países

De candados y de países

Cuando fue alcalde de Girona, ya era así de buenazo, un dechado de magnanimidad, que solo pensaba en los pobres, ese era Puigdemont.

Entonces,........

© eldiario