Ruido. Mucho ruido. Un ruido atronador. No cesa. Ni cesará. Tres elecciones en el horizonte cercano no invitan a pensar que algo vaya a cambiar en la putrefacta atmósfera política. Y uno se pregunta hasta cuándo y hasta dónde están dispuestos a llegar. Hasta donde haga falta y hasta cuando Pedro Sánchez no esté ya. Luego, los decibelios bajarán. Si gobierna el PP, claro. Es condición sine qua non. La barahúnda se intensifica cuando la derecha pierde el poder. Ya saben: les corresponde por derecho divino.

Del zumbido, producido interesadamente para ocultar cualquier progreso importante para el interés general y desviar la atención sobre algunas vergüenzas propias -léase la defensa numantina de un defraudador fiscal como la pareja de Ayuso o las amenazas contra la prensa que destapa las andanzas de un ¿técnico sanitario? que se forró con el cobro de comisiones durante la pandemia-, no escapa ni la esposa del presidente del Gobierno.

El ruido que no cesa

El ruido que no cesa

Ruido. Mucho ruido. Un ruido atronador. No cesa. Ni cesará. Tres elecciones en el horizonte cercano no invitan a pensar que algo vaya a cambiar en la putrefacta atmósfera política. Y uno se pregunta hasta cuándo y hasta dónde están........

© eldiario