Emmanuel Kant decía que el cerebro humano se plantea de forma continua una pregunta: ¿qué pasará? Vivimos, por naturaleza, mirando hacia el futuro, sea inmediato o remoto. Según algunos, eso nos impide disfrutar del presente. Puede ser. Ahora no viene al caso. Volviendo a Kant, el filósofo, como puntal insigne de la modernidad, afirmaba que el futuro depararía un progreso lineal y continuo gracias a la ciencia y la cultura.

Ya hemos comprobado que, por una vez, Kant no tenía toda la razón y que el futuro suele ser un asunto bastante complejo y retorcido. Nuestra condición biológica no ha cambiado: seguimos mirando hacia delante. El problema consiste en que, por primera vez en siglos, el raciocinio no nos permite imaginar que en unos años o en unas décadas el mundo vaya a cambiar sustancialmente. Será lo mismo, pero peor.

¿Qué pasará?

¿Qué pasará?

Emmanuel Kant decía que el cerebro humano se plantea de forma continua una pregunta: ¿qué pasará? Vivimos, por naturaleza, mirando hacia el futuro, sea inmediato o remoto. Según algunos, eso nos impide........

© eldiario