Decía Karl Loewenstein que “el poder lleva en sí la semilla de su propia degeneración. […] A menos que se ejerza dentro de ciertos límites [el poder] es susceptible de transformarse en tiranía caprichosa y despotismo arbitrario”.
El miércoles pasado durante la mañanera, la secretaria de Gobernación presentó lo que la 4T pretende convertir en una realidad incontrovertible: que la sobrerepresentación de Morena y sus aliados es un hecho y que además, es constitucional.
Desde las elecciones, el oficialismo echó a andar su maquinaria y sus opinadores oficiales han inundado los medios de comunicación y las redes sociales con la falacia de que es democrático y constitucional pretender adueñarse del 74% de la Cámara habiendo obtenido el 56% de los votos.
Y así van, contando medias verdades o abiertas mentiras, como las vertidas por el exministro Zaldívar en el programa de Ciro Gómez Leyva, donde aseguró que las fórmulas existentes en los sistemas electorales para determinar el número de escaños en el Congreso, “rara vez coinciden con........