El retroceso de 10 puestos, del 29 al 39, en el ranking del Foro Económico Mundial de Índice de Transición Energética ratifica que la estrategia de prohibicionismo ambiental por sí sola no garantiza resultados ambientales. Con mucho orgullo el Gobierno viene negando sistemáticamente licencias ambientales de cobre, oro, concesiones de puertos, autopistas, inclusive de los proyectos de energías renovables. El colapso de inversión al nivel más bajo como porcentaje del PIB desde 2005 tiene varias consecuencias, pero desaprovechar el interés nacional e internacional de invertir en sostenibilidad claramente hace daño al medio ambiente. Las grandilocuentes exigencias en foros internacionales pierden fuerza si localmente no hay resultados en construir una economía más sostenible. Negar los proyectos de desarrollo por “razones ambientales” tendrá un aplauso momentáneo, pero nos........