La confirmación de que el controvertido Plan “C” será sometido a votación en el próximo periodo de sesiones del Congreso, ha provocado un ambiente de tensión, miedo, incertidumbre y hasta divisiones al interior del Poder Judicial de la Federación. Desde la Suprema Corte de Justicia de la Nación, hasta el Consejo de la Judicatura Federal, pasando por el Tribunal Electoral y entre los jueces y magistrados de todo el país, hay preocupación por lo que provocará la Reforma Judicial de López Obrador y Claudia Sheinbaum, que sienten ya no sólo como una venganza política del mandatario saliente, sino como algo que amenaza sus trabajos, carreras y trayectorias.
Las posiciones sobre la defensa del Poder Judicial se han dividido en todos los niveles de la institución constitucional. Entre los 11 ministros de la Corte hay fuertes divergencias sobre lo que vendrá en el mes de septiembre. De un lado están los ministros independientes o que apostaron a la derrota del Presidente, entre los que hay posiciones fuertes como los que hablan de un “golpe de Estado” al tercer poder constitucional y, aunque ninguno de ellos se ha expresado públicamente, fuentes internas nos dicen que en ese grupo, donde se ubica a la presidenta Norma Piña y a los ministros Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Alberto Pérez Dayan, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Juan Luis González Alcántara y Javier Laynez Potisek, literalmente “todos están en shock” ante el avance cada vez más real de la iniciativa constitucional que desaparecerá a la actual Suprema Corte.
Luego está la ministra Margarita Ríos Farjat, que mantiene una posición más intermedia y que, aunque votó en varios temas en contra de los temas y controversias que involucraban al gobierno federal, al final mantiene ciertos vasos de comunicación con la 4T y nunca asumió una posición ni radical ni de........