Reforma judicial o teatro político: entre discursos vacíos y la impunidad que no cambia
No sé ustedes, pero yo, ya estoy completamente agotada de la reforma judicial, y lo más preocupante es que aún no hemos llegado ni siquiera al clímax de esta crisis institucional. Entre las mentiras descaradas del oficialismo, las reformas que los legisladores del partido en el poder ni siquiera se molestan en leer, la violencia digital por criticar la reforma y una disputa de poder que sigue ignorando a quienes realmente necesitan justicia, me he visto obligada a buscar una vía de escape. Opté por refugiarme en la televisión, esperando distraerme por un rato. Así, me topé con la serie El Secreto del Río en Netflix. Ingenuamente pensé que sería una telenovela ligera, una distracción para evadirme. Qué grave error.
Lo que esperaba fuera un respiro terminó siendo una experiencia profundamente conmovedora, que me dejó en lágrimas y replanteándome muchas cosas. Mientras lloraba en el sillón, pensaba en lo difícil que es acceder a la justicia y que esto cada vez se complica más en un sistema jurídico carente de incertidumbre que perpetúa un sistema que opera bajo lógicas de revictimización, castigando a quienes más necesita proteger.
El Secreto del Río nos cuenta la historia de la amistad entre Erick y Sicarú, una relación que, desde la niñez, comienza a desvelar las capas profundas de transfobia y violencia sexual silenciada en la sociedad.........
© El Universal
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