¿El super cop García Harfuch sí rescatará al policía común?
Es muy deprimente el panorama policial en México.
Lo ha sido desde hace décadas y lo sigue siendo ahora.
Salvo algunas excepciones efímeras en dos o tres municipios y estados, el PRI no hizo gran cosa para construir cuerpos policiales eficientes en siete décadas (hasta el año 2000). Tampoco en el sexenio de Enrique Peña Nieto. El priismo se hartó de robar arcas y enriquecer políticos, pero de capacitar y dignificar policías, nada.
El PAN tampoco lo consiguió, más allá de las bravatas de Felipe Calderón y de la lamentable degradación de la Policía Federal, que era un cuerpo que empezaba a ser útil, sobre todo en las carreteras que hoy yacen abandonadas.
Morena no tiene ningún logro relevante hasta ahora, a no ser por la policía de Ciudad de México, cuyo éxito relativo también fue mérito del extinto PRD, pero inclusive con su gran despliegue, la policía capitalina es tremendamente falible, al grado de que en su cara asesinan a quien sea y extorsionan a medio mundo, como recientemente vimos en el Centro Histórico, donde reina el sicariato local e impera el cobro de piso.
El retrato más brutal de la vulnerabilidad las policías mexicanas lo podemos encontrar en los datos duros. Y el más duro de esos datos es el de sus muertos, el de sus ejecutados: en promedio un policía cae asesinado cada día en este país. Transcurren los años, pasan los gobiernos, y eso no cambia. Un policía muerto cada día. Un policía que no sólo no podía cuidar a........
© El Universal
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