Llegaron, como todos los años, las inundaciones de agua salada en Bocala, como un recordatorio implacable de que nuestra ciudad se está hundiendo sin que nadie pueda detenerlo. Nací y he vivido toda mi vida en este barrio y este fenómeno no se presentaba en mi niñez ni adolescencia; luego, poco a poco comenzó a darse en el último cuatrimestre solamente; pero hoy, ya se da durante todo el año, siendo los últimos meses los más agudos en que las calles se convierten en ríos de agua salada, destruyendo nuestros carros y haciéndonos gastar millonadas en reparaciones y protección contra el óxido.
Como siempre, somos campeones haciendo........