En serio… ¿pistolas de agua?
Cuando el Estado no puede controlar la violencia real, decide combatirla donde no duele: en el juego, el símbolo y el consumo cultural.
En la Ciudad de México, la diputada Rebeca Peralta, del Partido Verde, presentó una iniciativa para prohibir la venta de pistolas de juguete y otros juguetes considerados “bélicos”. En varias notas periodísticas, el alcance es todavía más revelador: pistolas de agua incluidas. No réplicas realistas. No objetos usados para delinquir. Es decir, “armas” de diseños futurísticos y colores chillones que arrojan agua de la llave.
Al mismo tiempo, a nivel federal, se discute —y en algunos casos ya se ha anunciado— un impuesto adicional cercano al 8% a los videojuegos catalogados como violentos, bajo la lógica de que su consumo contribuye a conductas agresivas. Jugar también es sospechoso. Consumir ficción, también.
El patrón es claro.
Cuando el poder no puede con el crimen........





















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