La república vive tiempos funestos. Además de la violencia e impunidad extremas a manos del crimen organizado, padecemos también la ilegalidad, el abuso y la más canallesca actuación de la mayoría de los legisladores (de Morena y sus aliados), que luchan todos los días por superarse a sí mismos como sirvientes del Poder Ejecutivo.
El final del sexenio exhibe ya toda la furia de un poder que aspira a ser omnímodo. El Desamparadosmueve todas sus piezas –en verdad, peleles– para confiscar 40 mil millones de pesos de las Desamparados no reclamadas y aprobar una reforma que busca impedir a los jueces otorgar amparos con efectos generales, anulando así la facultad de los juzgadores para detener o suspender los proyectos prioritarios del gobierno mediante ese recurso.
Así, López Obrador planea despedirse con un gran atraco y un golpe, a todas luces inconstitucional, a la Ley de Amparo. Es un gran cierre que promete servir de puente hacia un gobierno (el de Claudia Sheinbaum) que de esta forma contaría tal vez con un poquito más de dinero para repartir entre sus clientelas y no tendría ya la estorbosa Ley de Amparo, un invento de las democracias burguesa que aquí, suponen, no hace falta.
La revancha contra el........