No había lugar a dudas: el año 2024 comenzaría con los mismos niveles de violencia que caracterizaron al 2023. Solo en la ciudad de Tijuana, el martes 2 de enero, se registraron 11 homicidios. La respuesta institucional no solo es torpe e ineficaz, sino principalmente indiferente. Esta indiferencia es el resultado de la completa falta de voluntad política desde la principal tribuna gubernamental para abordar de manera objetiva el grave problema que enfrentamos. Esta actitud ha relajado a todos los liderazgos políticos e institucionales, tanto a nivel federal como local, ya que aquellos que deberían exigir resultados no solo hacen lo contrario, sino que van más allá al negar la existencia del problema. Además, atribuyen la crítica y el señalamiento mediático y social sobre esta trágica violencia a sus adversarios políticos y a campañas de desprestigio. Los muertos simplemente no importan; se convierten en simples números en un ejercicio de debate político.
En este contexto, se presenta la situación ideal para funcionarios........© El Universal