El panorama de la seguridad en México está marcado por decisiones que no siempre respondieron a un análisis técnico sólido, sino más bien a un capricho presidencial. Como claro ejemplo los últimos seis años quedarán marcados por una realidad ficticia creada desde la principal tribuna política de este país. Desde la presidencia se insistió todas las mañanas y por años que había menos homicidios, que el país transitaba por un ambiente de paz y gobernabilidad, eso y muchos argumentos más que retrataban una imagen exactamente contraria a la que millones de mexicanos atestiguan todos los días.
El problema central es evidente: se toman decisiones que no están sustentadas en un diagnóstico riguroso, y lo que es peor, en un entorno donde los resultados rápidos son esenciales para mantener la confianza ciudadana, lo cual es políticamente redituable lo cual pareciera es la prioridad de la clase política de nuestro país.
En los últimos diez días, hemos sido testigos de una serie........