Callar las voces críticas

Iniciamos el 2024 con el sello cuatroteísta de violencia de todo tipo y desde cualquier espacio: calles inseguras, robos, balaceras, heridos, plagios, destrucción de lo público para salvaguardar las redes criminales y un largo listado que demuestra que mientras el país se cae a pedazos, en el gobierno de la República nada ha cambiado y por supuesto, ya a estas alturas, nada cambiará. López Obrador fue, es y será siempre el mismo.

En los primeros días de enero hemos constatado, por sexto año consecutivo, que el presidente es monotemático, siempre hablando de sí mismo: él crítica, emite sentencias, señala, se justifica, se victimiza, para enaltecer su vanidad y terminar en la vanagloria personal que tanto le gusta, ah pero eso sí, sin atender los problemas que se han generado en su gobierno.

En sus mañaneras, repitió el discurso de que se “confabulan” para dañarlo quienes buscan ejercer su legítimo derecho a la salud; habló otra vez del “fraude” electoral que creó para justificar sus errores; atacó una vez más a la Suprema Corte de Justicia de la Nación -con el acompañamiento “amoroso” de su incondicional aliado Arturo Zaldívar- y para no variar, agredió a los periodistas incómodos para el régimen.

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