Tibios, los otros

Llamar ‘tibio’ a alguien se ha convertido en una efectiva forma de descalificación para señalar a quienes se niegan a ir como borregos detrás de un líder o a defender a ciegas una bandera. Pero es una acusación injusta e hipócrita. El centro no es la ausencia de posición, sino la incómoda actitud de juzgar los hechos y las evidencias por encima de la ideología. Y en estos tiempos de radicalización eso se castiga con más severidad que la corrupción, la ineptitud o el abuso de poder. (Le puede interesar: Prohibido pensar (estamos en campaña)).Pero los extremistas de cada bando practican una indignación selectiva. Son implacables y detallistas al señalar el error del adversario, pero miran para otro lado cuando la falta proviene de sus propias filas.En su defensa a ultranza del gobierno de Gustavo Petro la izquierda normaliza lo que antes denunciaba con rigor. La corrupción o la ineficiencia se explican a punta de retrovisor,........

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