Vueltiaos

El intercambio sonriente de sombreros entre el exparamilitar Salvatore Mancuso y el presidente Petro quedará como una de las provocaciones más intragables de un Gobierno especializado en provocaciones intragables.

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No podía faltar en el evento, además, el batiburrillo retórico del Presidente, que asemejó a Mancuso a Mussolini: le dijo fascista, en otras palabras. Mientras que a sí mismo se definió como cantante de ‘Bella ciao’, el himno antifascista italiano.

Detengámonos en eso. Pues enmarcar el conflicto colombiano en una lucha entre fascismo y antifascismo solo es posible en el sentido más ridículamente impreciso del término, aquel que usan los bodegueros de izquierdas cuando le dicen ‘facho’ o ‘facha’ a cualquier cosa que no les gusta, desde Elon Musk hasta la pizza con piña.

Y esa es una distorsión del conflicto. No fue entre fascistas y antifascistas, sino entre una insurgencia........

© El Tiempo