Enmugrar
Yo no sé si es un pecado o un trastorno. Yo no sé si es un vicio o es un tic. Pero en Colombia hemos sido buenos, buenísimos, para convertir ciertas palabras justas en “malas palabras”: “Izquierda”, “Derecha”, “Centro”, “Activismo” y “Tecnocracia”, por ejemplo, ya no son conceptos, sino insultos. No es claro que el melodrama de las redes, o sea esta furia lacrimógena, pase también allá afuera, pero sí está probado que son las manadas las que, en su afán por prevalecer y cerrarles el paso a los otros, tienden a reducir la lengua a su pequeña jerga. Pierde uno el tiempo reivindicando al activista que defiende nuestras libertades o al tecnócrata que tiene fe en que gobernar ya está escrito. Nos gusta enmugrar. Nos gusta desoír. Ya nadie tiene tiempo para hacer política. (También le puede interesar: ¡Campaña!)El mundo es dramático. Siempre hay conflicto y siempre hay suspenso. Y los ficcionadores –sobre todo........
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