Intolerancia, agresividad y egoísmo

En 2025, el lenguaje de los violentos terminó por imponer su ley. Llevó al país al abismo de la confrontación y la beligerancia. Propició un ambiente en el que la furia de las pasiones impide tomar serenamente las cosas que suceden, o por lo menos entender y reaccionar con cabeza fría ante la propagación de las narrativas y comportamientos de hostilidad de unos contra otros. Más bien ha servido a la radicalización de las posiciones personales e institucionales en una sociedad que está perdiendo la base de los consensos básicos de la sociedad y está dejando rasgar los tejidos que garantizan la cohesión social. (Le puede interesar: En política, mosca humilla águila).Cada vez más, los colombianos estamos sometidos al escalamiento de las tensiones y conflictos. Ya no solo limitado a los sectores políticos y económicos que se mueven en el complejo mundo de lo público y lo privado. También en la vida social, familiar o en el trabajo las que eran diferencias normales y legítimas se han convertido en desacuerdos intolerables.........

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