Terminamos uno de los años más difíciles que yo recuerde en la política nacional (sin hablar de la internacional). El síntoma más preocupante es la absoluta incapacidad de nuestro alto Gobierno para reconocer errores. Los números se leen al revés, las culpas son siempre ajenas, los fracasos son en realidad éxitos que los malvados del país y del mundo se niegan a reconocer. Nuestros psicólogos sociales podrían usar las alocuciones presidenciales, los consejos de ministros y los larguísimos e incongruentes tuits como laboratorios para estudiar el fenómeno del autoengaño. Muchos investigadores de la psicología del poder envidiarían ese material de estudio. Hace un cuarto de siglo dos psicólogos de Harvard, Christopher Chabris y Daniel Simons, hicieron un experimento que se volvió un clásico. Organizaron un partido de básquetbol que filmaron en video. El uniforme de un equipo era blanco, el del otro negro. Se pidió a un grupo de voluntarios llevar la cuenta de los pases exitosos del equipo blanco. En la........