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MÁS INFORMACIÓN “La procesión va por dentro”, me susurraba muy discreta mi madre siempre cuando le elogiaban su serenidad estoica después de haber enterrado a su hija menor, a su hijo mayor y a su hija mayor. Tres hijos, casi cuatro, en duelos sin nombre. El señor Itzik Horn me hizo pensar en ella en esos momentos cuando le hice la difícil pregunta: ¿cómo esta? Y escuché al otro lado, “Bien, mi padre decía que decir bien y seguir adelante”. En la profundidad de la conversación el tono dejaría de ser ese, que es aquel que se disfraza en las respuestas sociales y automáticas.(Le puede interesar: Celebrar y ser celebrado).El señor Horn viajó de Argentina, libre, al igual que sus hijos pero........