En defensa de la Corte
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23.11.2024
El accidentado trámite adelantado en el Senado para la elección de un magistrado de la Corte Constitucional –que recayó finalmente en el jurista Miguel Efraín Polo Rosero– ha puesto en el debate público una improbada tesis que se está abriendo camino, compartida por muchos –políticos, partidarios del Gobierno, opositores, medios y redes sociales–, que matricula arbitrariamente a los integrantes de las altas corporaciones judiciales –y también a los aspirantes– en supuestos bloques de carácter político, en pro o en contra de actos oficiales, decretos, proyectos o leyes de su iniciativa o conveniencia. Según tan equivocado concepto, los magistrados no profieren las providencias ni las votan según su independiente convicción jurídica, ni de conformidad con lo que obra en el expediente, ni según las normas aplicables al caso –como debe ser y ha sido normalmente en esos tribunales–, sino con la mira puesta en el interés de la tendencia política en que se los ubica. Conforme a los........
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