Contra todo pronóstico, apareció la carta de renuncia de la ministra del Deporte, Astrid Rodríguez. Falta ver que Petro se la acepte. Y seguramente no lo haría si no fuera por el debate de moción de censura que ha sido convocado, justo para el inicio de las sesiones del Congreso y que pondrá a prueba las mayorías del Gobierno en defensa de lo indefensable, como es la incompetencia absoluta de la funcionaria y la realidad inocultable de que jamás Petro quiso apostarles a los Juegos Panamericanos en Barranquilla. Basta ver las declaraciones de la exministra María Isabel Urrutia, declarada insubsistente por otras razones, cuando recordó cómo había coincidido con Petro en que no se justificaba realizar los Juegos.
Difícil calcular las pérdidas que esta decisión del Gobierno central ocasionó a la ciudad, al departamento del Atlántico, a la costa Caribe y, por supuesto, al deporte colombiano, en últimas el más damnificado. En cuanto a la ciudad, perdió la posibilidad de adelantar todo un plan de renovación urbana, de avanzar en infraestructura y su desarrollo inmobiliario, la potencial visita de más de........