¿Es la cura peor que la enfermedad?

Esta semana destacados candidatos de oposición anunciaron la ‘Gran Consulta por Colombia’. Esta decisión tiene sus méritos. Persigue la anhelada unidad que se le ha exigido a la oposición; pretende convocar a la ciudadanía para que se exprese democráticamente; y apela a vencer los extremismos. Sin embargo, su loable propósito termina opacado por los riesgos que conlleva y podría, paradójicamente, convertirse en su propia espada de Damocles. (Le puede interesar: Lo que verdaderamente dicen las encuestas).Antes de especular sobre los posibles escenarios de dicha consulta, se impone repasar los hechos. El primero, la oposición está dividida en dos bloques: el de los “moderados” y uno más radical en cabeza indiscutible de Abelardo de la Espriella. Ambos bandos coinciden en el propósito de vencer al candidato del continuismo y podrían –según las encuestas– capturar sumados un 50-60 por ciento del electorado. El segundo hecho es que Fajardo, hasta hoy el más........

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