Pese a que lo he relatado repetidas veces en distintas épocas, por distintos medios y escenarios, vuelvo a hacerlo ahora para desmentir las versiones acomodaticias utilizadas por los revoltosos de la Universidad Nacional para justificar sus desmanes. Lo hago con la autoridad que me da haber sido testigo de excepción de aquellos desafortunados hechos, pues para entonces yo era el rector.
No es cierto que el 16 de mayo de 1984 hubiera muerto estudiante alguno a manos de las fuerzas del orden. Es cierto, sí, que el viernes 7 de octubre de 1983 algunos estudiantes determinaron conmemorar el ‘Día del guerrillero caído’ –por ser un aniversario más de la muerte del Che Guevara–, conmemoración que terminó en un trágico enfrentamiento con la Fuerza Disponible. Hubo heridos y detenidos, pero lo más lamentable fue la muerte de Yesid González Perales, alumno de la Facultad de Artes. La tensión desencadenada por estos hechos amenazó con desatar una crisis interna de graves consecuencias. Decidí entonces convocar a la comunidad universitaria a hacer........