El mundo real puede suspenderse por un momento y convertir lo cotidiano en algo extraordinario. Eso hacen la literatura y el arte, el amor, la poesía, pero también puede ocurrir en un sitio de la ciudad, y lo ordinario, adquirir un poder que envuelve. Ocurrió en una sencilla librería de Oporto (Portugal) cuando unos jóvenes vieron, como una revelación, que las escaleras que subían, repletas de libros de viajes y planetas, eran las mismas de los relatos de Harry Potter. Sorprendidos compartieron su descubrimiento por las redes. Los fanáticos corrieron en tropel a ver el hecho y confirmaron lo visto: la ficción se hacía realidad palpable. La librería Lello fue calcada........