Nuestra espiritualidad

Como muchos jóvenes de mi generación, sobre todo los que salimos de colegios católicos, me enuncié como ateo o agnóstico desde mi temprana adolescencia en un afán de buscar independencia y tener un momento de rebeldía. Me alejé de la religión, de los ritos y tradiciones, pues consideraba que se reducían a una serie de normas sobre el modo de vivir que no quería compartir porque no daban cabida al diálogo ni tampoco a mi identidad sexual.

Adicionalmente, empecé a justificar mi renuncia al credo con la soberbia intelectual que da el método científico. Pensaba con vehemencia y sin dudar que las creencias en general estaban desligadas de un proceso racional, intelectual e, incluso, histórico y social.

Quisiera aprovechar esta Semana Santa para proponer una reflexión a mi generación sobre la soberbia y el odio que destilan algunos contra la religión y las instituciones que la promueven, pues considero que están repletas de desconocimiento frente al poder de la........

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