Esta semana, con respecto a la disminución de la tasa de natalidad, le pregunté a mi hermana menor cuál consideraba que era el factor que hacía que los jóvenes ya no quisieran tener hijos o formar una familia, a lo que me dijo: “Cuando llegamos al mundo, para los ‘centennialls’ ya no había un futuro con el cual soñar o fantasear, sino solo un presente al que debíamos sobrevivir”.

La generación siguiente a los ‘millennials’ son jóvenes que crecieron con un acceso a información sin precedentes y gracias a eso vieron todo lo que estaba mal en el mundo aun mientras eran niños. Si la disminución de la tasa de natalidad tiene una explicación, no es precisamente porque los gobiernos hayan promovido una política de educación sexual, sino porque genuinamente pensamos que no vale la pena traer más vida al mundo.

Por ejemplo, para los jóvenes el calentamiento global nunca ha sido una moda pasajera. Vimos en el colegio ‘Una verdad incómoda’, de Davis Guggenheim, pero incluso nuestros programas infantiles tenían mensajes medioambientales de los que no podíamos escapar. De a poco nos empezamos a sentir responsables de generar un cambio en el mundo y creímos por mucho tiempo que las microacciones compensaban el desinterés y la incoherencia de los adultos. Pues mientras nos preocupábamos por gastar menos agua, por reciclar o darle un nuevo uso a algo, también veíamos que juntaban toda la basura en un solo contenedor, se promovía la destrucción de un ecosistema en nombre de la economía o simplemente había un silencio de las empresas que sabíamos atentaban contra el mundo.

Greta Thunberg ha señalado que aunque el mundo ha cambiado un poco, la preocupación por el medioambiente parece haberse estancado al volverse un tema de moda al que hay que subirse, aunque no se entienda muy bien su trasfondo o se hagan acciones reales para atajarlo, pues es bien visto quien pone el tema sobre la mesa. Recordarán que, a principios del periodo presidencial, algunos aplaudimos la vocería de un Petro que se rasgaba las vestiduras por el problema ambiental en la Asamblea de la ONU o que transó con USA el cambio de deuda externa por acciones climáticas. Pero esta semana hemos sido testigos de que dichos discursos son solo palabras para figurar, pues tan bien como dijo esos discursos se atrevió a proponer la destrucción de una parte de la selva del Darién para construir un tren innecesario que no podrá reparar los daños al medioambiente que ocasione.

Así como pasa con el medioambiente, también sucede con los temas sociales como el feminismo, la xenofobia, la aporofobia o el racismo. Muchos usan estos discursos para figurar, pero se olvidan de estudiarlos a cabalidad. Un ejemplo de esto fue la reciente polémica de Shakira, quien sacó un álbum en el que promueve el empoderamiento femenino, pero luego afirmó que el mundo debía mantener las diferencias de género, que, como han demostrado muchas feministas, son las que mantienen las mayores opresiones contra las mujeres.

Considero que los ‘centennials’ sabemos que el juego de ser niños que critican todo en X y luego hacen lo contrario en la vida real, como algunos adultos, solo es una mentira que nos aleja de las soluciones que el mundo necesita. Y, a pesar de no tener futuro, como dice mi hermana, me parece que somos al mismo tiempo idealistas y hacedores. No vamos a proponer el cambio como los ‘millennials’, sino que lo vamos a hacer real. Señalaremos las contradicciones, exigiremos más acciones sin importar las jerarquías que quieran callarnos y construiremos las soluciones que se han quedado en los discursos de los adultos, pues que no queramos tener hijos es producto de que nadie ha querido brindarnos la seguridad ambiental, financiera o laboral que se necesita para brindar una buena vida a una nueva vida.

ALEJANDRO HIGUERA SOTOMAYOR

(Lea todas las columnas de Alejandro Higuera en EL TIEMPO, aquí)

QOSHE - Incoherencia cómplice - Alejandro Higuera Sotomayor
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Incoherencia cómplice

21 11
08.04.2024
Esta semana, con respecto a la disminución de la tasa de natalidad, le pregunté a mi hermana menor cuál consideraba que era el factor que hacía que los jóvenes ya no quisieran tener hijos o formar una familia, a lo que me dijo: “Cuando llegamos al mundo, para los ‘centennialls’ ya no había un futuro con el cual soñar o fantasear, sino solo un presente al que debíamos sobrevivir”.

La generación siguiente a los ‘millennials’ son jóvenes que crecieron con un acceso a información sin precedentes y gracias a eso vieron todo lo que estaba mal en el mundo aun mientras eran niños. Si la disminución de la tasa de natalidad tiene una explicación, no es precisamente porque los gobiernos hayan promovido una política de educación sexual, sino porque genuinamente pensamos que no vale la pena traer más vida al mundo.

Por ejemplo, para los jóvenes el calentamiento global nunca ha sido una moda pasajera. Vimos en el colegio ‘Una verdad incómoda’, de........

© El Tiempo


Get it on Google Play