Dejas de ver fútbol colombiano durante años y todo cambia, pero de alguna manera permanece igual. Antes no existían casas de apuestas y el dinero se movía por debajo de cuerda. Ahora se cuentan por decenas, y aunque es factible que se sigan pasando billetes bajo el mantel, la cortinilla de “Autoriza Coljuegos” le da al negocio un aire de legalidad que a veces genera dudas.
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Porque en el fútbol solemos mirar para otro lado, por eso repetimos que los violentos son “unos pocos” y que las decisiones arbitrales se deben a errores humanos y no a la corrupción sistematizada. El asunto es cuando las cosas pasan a la vista de todos, como cuando Llaneros y Unión Magdalena se empezaron a hacer goles como si de un entrenamiento entre titulares y suplentes del equipo de Sábados felices se tratara.
Pero lo que más me ha llamado la atención es el trasteo de Alianza Petrolera de Barrancabermeja a Valledupar. Y no por todo lo que ha rodeado dicha movida,........