En su novela Feliz final, Isaac Rosa plantea una narración atípica. Para narrar la biografía compartida de una pareja comienza con la ruptura, después retrocede: las últimas broncas, los últimos malestares, los primeros silencios, los últimos momentos felices, los primeros buenos momentos, el encuentro… y toda la masa de circunstancias inclasificables que rodean y se infiltran en la vida de las parejas y de los individuos. El ejercicio es interesante no solo como ejercicio de estilo sino como reflexión acerca de la forma que tenemos de contarnos las cosas. La persona que lo lee agarra la narración al vuelo, sin apenas información. Solo después de retroceder en el tiempo / avanzar en el libro puede componer la historia tal y como ha sucedido.
Si se llevase a cabo el ejercicio de Feliz final, todo comenzó el martes, cuando Podemos anunció que se iba al Grupo Mixto y se desligaba del acuerdo que tenía con Sumar. El siguiente escalón hacia abajo sería el momento en el que Sumar ofreció un Ministerio a Nacho Álvarez en lugar de a Irene Montero o a Ione Belarra. Más atrás llegaría el veto a que Montero estuviese en las listas de las elecciones en el 23J, y antes, la negativa a que Podemos integrase las listas unitarias en las autonómicas de la Comunidad de Madrid y Valencia. Si seguimos retrocediendo, Magariños, en el que quedó perimetrado el terreno en el que se iba a jugar. Antes de Magariños habría que retroceder al esperpento que tuvo lugar en torno a las elecciones andaluzas de 2022, y antes de eso, al “encuentro de país” de 2021. Mirando más atrás, al momento en el que Ione Belarra dijo que el PSOE era “el partido de la guerra” y se produjo un choque con los socios del Gobierno y entre los integrantes de lo que fue Unidas Podemos. Y antes que eso tal vez llegaríamos a la decisión de Pablo Iglesias de nombrar a Díaz sin primarias. Si apretamos a fondo la marcha atrás, es posible encontrar motivos de este final en la escisión anunciada por Íñigo Errejón y Manuela Carmena a comienzos de 2019. La consulta a la militancia sobre la compra de una casa no favoreció las cosas a nivel interno y Vistalegre 2 fue un cierre en falso a una crisis. Quizá la manera de hacer la fusión fría con Izquierda Unida en 2016 fue la primera fase de lo que ha pasado. Retrocediendo en busca de los motivos de lo del martes, podemos llegar a Vistalegre 1 y la adopción de un modelo de partido vertical. Y, si nos ponemos nostálgicos, podemos llegar a la vieja querella entre el eurocomunismo y el comunismo invertebrado que no sobrevivió a la Transición.
Eligiendo un punto de partida determinado—aquí se han propuesto varios, pero cada quien puede coger el suyo en función de su propia biografía o sus recuerdos— se llega a conclusiones completamente opuestas. Como en las viejas querellas de aldea, recorriendo el pasado llegaremos a un viejo........