El gran teatro electoral barroco estadounidense: cuando las élites rentistas se disputan el botín

Las elecciones presidenciales de Estados Unidos no son más que una pugna interna dentro del sistema capitalista financiero que domina el mundo. Tanto Kamala Harris como Donald Trump representan dos caras de una misma moneda, donde la verdadera lucha no es entre izquierdas y derechas, sino entre diferentes facciones de una élite económica que drena recursos de la sociedad para concentrarlos en pocas manos.

Este proceso de extracción de riqueza ha sido facilitado por la financiarización, un fenómeno en el que las finanzas ya no son solo un medio para facilitar la producción, sino que se convierten en un fin en sí mismas. La financiarización empobrece a la mayoría al desviar el capital hacia actividades especulativas y rentistas, dejando a un lado la inversión en la economía real y productiva. De este modo, las finanzas se apropian de los derechos humanos básicos, como la salud, la educación y la vivienda, convirtiéndolos en mercancías sometidas a las leyes del mercado y los intereses de los grandes fondos de inversión.

La financiarización es un proceso que se ha acelerado en las últimas décadas, donde el capital financiero, a través de gigantescos fondos como BlackRock, Vanguard y State Street, domina prácticamente todos los sectores de la economía global. Este control se ejerce mediante la compra de acciones, bonos y otros instrumentos financieros, lo que les otorga poder sobre decisiones económicas que afectan a millones de personas. Así, en lugar de fomentar el crecimiento económico o la creación de empleos, los grandes inversores se concentran en inflar activos y generar rentabilidad para una minoría de rentistas.........

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