El movimiento antivacunas: entre el privilegio y la desinformación

Las vacunas representan uno de los mayores logros de la humanidad en materia de salud pública. Desde su invención, han transformado radicalmente la lucha contra las enfermedades infecciosas, salvando millones de vidas y mejorando los niveles de salud de comunidades enteras en todo el mundo. A través de la inmunización, enfermedades como la poliomielitis, el sarampión y la viruela han sido controladas o erradicadas en muchas regiones. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la vacunación sistemática ha contribuido a disminuir la mortalidad infantil global en más del 50% durante las últimas tres décadas.

La ciencia detrás de las vacunas es sencilla pero poderosa: estimulan al sistema inmunológico para que sea capaz de reconocer y combatir agentes patógenos sin causar la enfermedad, proporcionando inmunidad sin los riesgos de la infección natural.

Las vacunas son esenciales en diversas situaciones clínicas habituales, como la prevención de enfermedades graves en niños pequeños a través de calendarios de vacunación, la inmunización de mujeres embarazadas para proteger tanto a la madre como al bebé, para preservar la salud de personas inmunocomprometidas, o aquellos con condiciones médicas que les exponen a mayores riesgos frente a infecciones. De este modo, las vacunas no solo son un bien de salud pública, sino que representan un ahorro económico importante al reducir la necesidad de tratamientos costosos y hospitalizaciones prolongadas.

La inmunidad de rebaño, o colectiva, es un concepto crucial para comprender cómo las vacunas protegen a las comunidades: cuando un porcentaje suficientemente alto de la población está vacunado, se reduce la circulación del virus, protegiendo........

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