Mientras las gentes de la localidad albaceteña de Letur y otros setenta y cinco pueblos de varias comarcas valencianas, junto a miles de voluntarios y personal de los diferentes servicios públicos, van retirando el barro que cubrió sus calles y viviendas como consecuencia de la DANA del 29 de octubre, los dirigentes de los principales partidos del arco parlamentario siguen con su táctica destructiva de arrojar fango dialéctico sobre el panorama político español.
La estrategia pendenciera consiste en salvar a los correligionarios, por muchas dudas que levante su actuación frente a esta gran tragedia, y en acusar a los del partido rival del máximo de negligencias y errores en la gestión de la crisis, incluso aunque algunas de esas responsabilidades dependieran de cargos públicos ocupados —y aparentemente mal desempeñados— por compañeros del propio partido.
Por parte de la Generalitat que todavía preside Carlos Mazón se cometieron todos los errores posibles al no activar las alarmas cuando estaban a tiempo de evitar la mayoría de las 221 muertes producidas y a pesar de que, como ya está demostrado, tenían infinidad de avisos de la Aemet y de la Confederación Hidrográfica del Júcar. Pero es que además se acumularon........