Hace tiempo que no sabemos nada del primo científico de Mariano Rajoy, catedrático de Física Teórica de la Universidad de Sevilla, en cuyos doctos conocimientos pretendía basarse el expresidente y exministro para asegurar que lo del cambio climático era un ejercicio de alarmismo por parte de algunos ecologistas sin ninguna base científica. Claro, que en esto de enfrentarse a crisis ecológicas Rajoy ya había dejado prueba de su ineptitud cuando, siendo vicepresidente primero del gobierno de Aznar, redujo a “unos pequeños hilitos con aspecto de plastilina” la terrible contaminación sufrida en la costa gallega por el hundimiento del petrolero Prestige.
Desde entonces, y sin que el ilustre primo se haya declarado públicamente negacionista respecto a un cambio climático que ya ha llegado a nuestro país para quedarse, las consecuencias de la subida de la temperatura y la falta de lluvia se viven con gran preocupación por la ciudadanía, las gentes del campo y el mundo de la ciencia. Ya........