La discriminación laboral y educativa que sufren los inmigrantes tiene un coste anual de 17.166 millones de euros, cifra que se traduce en un 1,31% del Producto Interior Bruto (PIB) del país. Casi 250.000 extranjeros no son contratados por el mero hecho de serlo, lo que supone un coste de 5.100 millones; a los que sí consiguen un trabajo se les exige más cualificación para el puesto que a la población autóctona y dejan de cobrar en conjunto 2.800 millones, cuantía que percibirían si sus salarios fuesen los acordes a su preparación.
No obstante, quizá la variable más sangrante que emana del informe realizado por el Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (OBERAXE), encargado por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, es que casi la totalidad de los 3,9 millones de trabajadores migrantes cobran menos por hacer el mismo trabajo que un español, realidad sumamente injusta que además castiga especialmente a las mujeres. Esta discriminación representa unas pérdidas de 2.200 millones de euros y, sumadas a las anteriores y otras muchas, la factura asciende a los 12.328 millones de euros, el 1% del........© El Plural