Río de Janeiro reúne a partir de este lunes a los 20 líderes más poderosos del mundo, con la salvedad del presidente ruso Vladimir Putin. Una cita ineludible en términos geopolíticos y en la que España tiene garantizado su asiento. El jefe del Ejecutivo español, Pedro Sánchez, estará presente en una cumbre que discutirá el impuesto a los multimillonarios que impulsa su homólogo brasileño, Lula da Silva. Un debate que coincide en el tiempo con la pugna fiscal en el Congreso de los Diputados por la reforma propuesta por el Ministerio de Hacienda, como una suerte de preámbulo a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y que está al borde del precipicio, incluyendo el proyecto de ley para trasponer el gravamen a las multinacionales.
Sánchez acude a Río de Janeiro con la intención de bendecir la iniciativa de Lula da Silva para gravar a las grandes fortunas. Un cierre de filas que sirve además para escenificar la buena sintonía existente entre los dos gobiernos, español y brasileño. Desde Moncloa justifican su postura en virtud de otras iniciativas similares que el propio presidente ha impulsado en España, como la creación de un impuesto para las grandes fortunas que afectaba a los patrimonios cuyo neto excedía los tres millones de euros. Con este gravamen, el Impuesto Temporal de Solidaridad de las Grandes Fortunas, el Ejecutivo recaudó un total de 619 millones en 2023, reduciéndose hasta los 38 millones en 2024 ante la reactivación del Impuesto de Patrimonio en otras autonomías como Madrid, Andalucía o Galicia.
La........