Perded toda esperanza: el ruido y la injuria no cesarán hasta que la derecha regrese al poder. Pero no os llevéis a engaño: la izquierda ya participa, aunque se avergüence, de los métodos de la derecha embarrando el Congreso de los Diputados con réplicas y argumentos no menos deliberadamente ofensivos que los esgrimidos por su adversaria. Cuando el campo de juego se enfanga, perdemos todos. “Sí, pero unos más que otros; y la política consiste en eso, en trabar batalla y quedar menos enlodado que el adversario”, replica el cínico de guardia, réplica a su vez del ángel turbio que todos llevamos dentro.
En el PP y en buena parte de sus votantes cunde la idea de que Pedro Sánchez les arrebató el poder con malas artes, merced a una alianza contra natura con los enemigos de España. La derecha está embarcada en una guerra santa, derivación a su vez de aquella que inicialmente los teólogos del pasado identificaron como ‘guerra justa’. Cuando alguien decide librar contra ti una cruzada, eso significa que la fe ha suplantado a la política, de manera que los argumentos en tu defensa, aun siendo razonables, no hacen mella alguna en la ciega determinación de tus agresores.
La derecha española lleva dos siglos librando guerras santas: santas fueron las guerras civiles del XIX que la historiografía conoce como guerras carlistas y santa fue la Guerra Civil del 36, que no se denomina guerra carlista pero que en el fondo era una prolongación de sus hermanas del siglo anterior, el último coletazo del monstruo insaciable que había ensangrentado los campos de España desde hacía más de cien años.........