Si se exceptúan las provincias de Sevilla, Cáceres y Badajoz, donde venció el Partido Socialista, el mapa coloreado de las elecciones generales del 23 de julio de 2023 era, como sucede con el de las europeas del 9 de junio de 2024, abrumadoramente azul. En la mayor parte del territorio, la victoria del PP fue generalizada: generalizada pero insuficiente.
Lo que ambas victorias tienen en común es justamente su insuficiencia, su esterilidad: ni la del 23-J le fue suficiente al PP para investir a Alberto Núñez Feijóo como presidente del Gobierno ni la del 9-J le ha servido a este para poner al presidente del Gobierno Pedro Sánchez contra las cuerdas, como sí ha sucedido, por ejemplo, en Francia, donde se ha producido una abultadísima derrota del partido de Enmanuel Macron (14,6 por ciento) a manos de la ultraderecha liderada por Marine Le Pen (31,4 por ciento).
En Génova han optado por interpretar los resultados españoles de las europeas como si hubieran sido los resultados franceses. A la hora de analizar sus victorias insuficientes, el PP de Feijóo parece haberle tomado el gusto a una suerte de........