Periodista
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El clímax de esa historia llega cuando descubrimos que lo que se quería ocultar era todo lo contrario: reír es un don divino, reconocido por escrito y con risueño sustento por Aristóteles en su Poética, libro cuya lectura era castigada con la muerte por un fraile empeñado en erradicar la carcajada del convento.
Lo cierto es que la risa no es algo que uno asocie de buenas a primeras a los rituales religiosos, por naturaleza solemnes y afectados. Por el contrario, reír es un mecanismo liberador de tensiones; un antídoto y a la vez un arma de defensa frente a climas........