Neuroderechos y libre albedrío

Profesor de la carrera de Historia y Gestión Cultural. Universidad de Piura

A inicios del 2013, el entonces presidente de EE. UU., Barack Obama, anunciaba el financiamiento del proyecto “Brain”, con cerca de cien millones de dólares. Se centraría en descifrar el funcionamiento de la actividad mental y las conexiones cerebrales de los seres humanos. En pocas palabras, no solo se deseaba comprender el funcionamiento de las neuronas aisladamente, sino también cómo estas se relacionaban con otras. Después del proyecto de genoma humano, esta iniciativa –de investigadores de la Universidad de Columbia– se colocaba en el centro del interés global.

Su director, el neurólogo español Rafael Yuste, señaló que la idea era desarrollar técnicas para mapear la actividad de circuitos neuronales enteros en animales y humanos; y diseñar medios para alterar dicha actividad y corregir los defectos que originan las enfermedades mentales o neurológicas.

El potencial del proyecto es tan grande que anima a pensar en todo lo que se lograría respecto a trastornos como el alzhéimer o la esquizofrenia, por citar solo algunos. Pero, también, ha........

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