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Un grupo de jóvenes sujetan unos vasos con refresco de naranja en una fiesta, en una imagen de archivo. / ERIC CARPE
Lydia Ferrándiz
La música retumba en la pista de una discoteca abarrotada. Los destellos de luces de neón iluminan rostros de jóvenes despreocupados, pero en el centro de la escena se percibe un cambio sutil. Las manos ya no sostienen tantas copas rebosantes, y los movimientos de baile desenfrenados han cedido paso a un leve balanceo de pies. Una nueva tendencia emerge entre los jóvenes que ya ni beben ni bailan como antes: la llamada Generación 0,0.
En España, la bebida siempre ha sido un componente de socialización: compartir cañas, brindar con vino o celebrar con cava ha sido parte de la cultura. Sin embargo, las generaciones más jóvenes, particularmente la Generación Z (nacidos entre 1996 y 2010), están marcando la diferencia en este sentido: optan por un estilo de vida más saludable, donde el alcohol, las fiestas descontroladas y las pistas de baile parecen ser cada vez menos atractivos.
Según un estudio internacional del programa HBSC auspiciado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), solo el 8 % de los adolescentes de esta generación consume alcohol semanalmente, una cifra mucho menor que el 25 % registrado en 2006. Además, el 76 % de los jóvenes considera que consumir cinco o seis copas durante un fin de semana puede tener consecuencias graves.
"Se ha modificado la percepción del alcohol como algo esencial en la socialización", explica Alba Navalón, profesora de Sociología en la........