¡Desgraciados agradecimientos!

Estanterías llenas en la Casa del Libro, en una foto de archivo / Xavi González

Normalmente, si te entregaban un premio, se daban a cambio las gracias y se le dedicaba la estatuilla a la familia y al jefe, que estaba entre el público. También se dedicaban los libros publicados con una frase de una línea situada en la primera página, entre grandes descampados en blanco. Esto suponía un gran ahorro de tinta para el impresor y de tiempo para el lector: "A mi madre, por sostenerme". Una cosa así, familiar y compacta. Pero la cosa de la gratitud impresa se ha ido, precisamente, de madre.

Dedicatorias y agradecimientos se expanden,........

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