La familia tras un crimen machista: "Me sentía culpable, creía que si no me hubiera ido de casa nada de esto habría pasado" |
Anatomía del feminicida
Karla María, sobrina de una víctima de feminicidio. / Isabel Muntane
Isabel Muntané
En todo feminicidio o intento de feminicidio no hay una única víctima. El círculo familiar, social y laboral de las mujeres asesinadas también recibe las consecuencias del delito. Son personas que permanecen en el anonimato a pesar de las secuelas que sufren. Los testimonios confirman lo que señalan las expertas: es muy difícil detectar la realidad de la violencia. Como afirma Elena Garrido, psicóloga forense: "Aunque hubiera indicios de violencia no se puede presagiar el grado de maldad al que se puede llegar".
El caso es que, por diferentes razones, la mayoría de familiares no habían identificado la violencia machista que sufrían las mujeres asesinadas. Unas porque "de puertas adentro era uno y el contrario de puertas afuera", y otras porque habían integrado la violencia como una manera lógica de relacionarse. Así lo confirma Andrea García, jefa de la Unidad Central de Atención a Víctimas de los Mossos d’Esquadra: "Es difícil prever que aquellas discusiones podían acabar en un homicidio porque, aunque el entorno lo supiera, estaban normalizadas".
Jan, hijo de Montserrat (para preservar la intimidad y evitar la revictimización, los nombres no son reales), asesinada por su expareja, un policía retirado, no recuerda escenas explícitas de violencia, pero sí "broncas constantes". Señala una situación que lo alertó, cuando durante una discusión el agresor le dijo a su madre: "¿Cómo te atreves a decirme esto si sabes que tengo un arma en casa?". Judith tampoco recuerda violencia explícita, aunque explica cómo su madre, Anna Maria, se había ido encogiendo. "Siempre andaba detrás de él, con la cabeza baja y sin saludar a las amigas". Sofía, asesinada por su pareja, dejó de acudir a encuentros familiares porque "decía que estaba ocupada y no era verdad, se fue aislando", asegura su sobrina Karla Maria, quien presenció el feminicidio. El aislamiento también vino acompañado de un cambio en su vestuario: "Ya solo llevaba vestidos largos y pantalones anchos". Aun así, añade Karla Maria, "nunca habría imaginado una cosa así".
— Jan. Hijo de una víctima
Aun sin prever el posible final, Jan y una de sus hermanas llevaban años aconsejando a su madre que se separara: ella no lo hizo hasta 2023 y Josep la acabó matando de un disparo. "Él sabía perfectamente cómo hacerlo", dice Jan. "A pesar de que mi madre era una mujer de carácter, fuerte y decidida, no creo que aquel día le diera tiempo de enfrentarse a él". Lo mismo vivió Judith: también había pedido a su madre que se separara porque "algo no iba bien". El cuerpo de Anna Maria fue encontrado en un contenedor y, en estos........