Opinión | UNA IBICENCA FUERA DE IBIZA
Pilar Ruiz Costa
Un grupo de migrantes se protege del sol con las mantas de Cruz Roja en su llegada al puerto de Arrecife, en Lanzarote.
El mismo día en que tenía lugar la anunciada comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ante el pleno del Congreso para informar sobre la situación de la crisis migratoria a instancias del Partido Popular —y que contó con el apoyo de Vox y el Grupo Mixto—, vi, recién llegada a Filmin, ‘Green Border’. La película mereció el Premio Especial del Jurado en el Festival de Venecia y que su directora, la polaca tres veces nominada al Óscar Agnieszka Holland, tuviera que vivir con guardaespaldas. Los 152 minutos son un crudo relato de la ‘Zielona granica’, la ‘Frontera verde’ entre Bielorrusia y Polonia que los refugiados de Oriente Medio y África que intentan llegar a la Unión Europea se ven obligados a cruzar y que resulta una ratonera donde tratar de escapar de la hipotermia, el hambre o el ahogamiento en recónditos pantanos. Todo, mientras los guardianes fronterizos a ambos lados de la concertina se los pasan como basura que nadie quiere. Una y otra vez. Una y otra vez.
La coproducción Polonia-Francia-República Checa-Bélgica muestra un retrato pertinaz de las vergüenzas y la........© El Periódico de España