Opinión | POLÍTICA Y MODA
Patrycia Centeno
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, en junio de 2024. / Eyepix Group/ Carlos Santiago
Como hay pocos problemas en el mundo, desde hace un par de días, se ha añadido una crisis diplomática entre México y España. La presidenta electa, Claudia Sheinbaum, ha decidido no invitar a Felipe VI a su investidura que se celebrará el próximo martes. El veto al jefe del Estado español —quien acostumbra a asistir a los relevos gubernamentales en América Latina ya desde que era príncipe— ha hecho que el gobierno español se niegue a enviar a ninguna representación oficial a tan señalada cita (es la primera vez que una mujer asumirá el poder en México).
Sheinbaum, quién sí ha invitado a Putin (el "angelito" todavía no ha confirmado) y a Biden (en su nombre acudirá su esposa, el presidente de los EEUU no está para mucha ranchera), se ha justificado recordando que el rey de España nunca contestó a la carta en la que López Obrador le solicitaba que pidiera perdón por la Conquista. Porque así como el papa Francisco sí reconoció los pecados cometidos en nombre de........