Opinión | UN CARRUSEL VACÍO
Marina Casado
La belleza. / Adae Santana
En ocasiones, la realidad me sobrepasa. Entonces cierro los ojos y escucho la voz de mi padre. Estamos en el parque del Retiro, caminando sobre las hojas secas. Se mezclan los colores amarillos y rojos del suelo con el gris de los aires. Voy de su mano. El mundo es otra vez ese lugar cálido y eterno donde nada malo podría suceder. Él sigue hablando, con su voz serena: la voz más bonita que jamás he escuchado. Algunas veces, tengo miedo de olvidarla; de que pasen los años y un día no acuda a mi memoria, pronunciando mi nombre, o las canciones que siempre entonaba. Me pongo a cubierto del frío paseando de nuevo por ese otoño. Yo soy una niña y nada malo podría sucederme. A nuestro alrededor, el viento y el silencio. La belleza, inalcanzable y certera. Y su voz.
Uno de mis defectos siempre ha sido el de querer demasiado. Parece una paradoja, pero también se puede hacer daño por un exceso de amor. Además, tengo la necesidad exacerbada de que me quieran. Pienso en la belleza que otorga el equilibrio; en la seguridad de que, pase lo que pase, alguien siempre me querrá. ¿Es posible? Solo en el amor que nos........