Valencia, un espectáculo humano al rescate

Opinión | ANÁLISIS

Manuel Campo Vidal

Voluntarios en la Ciudad de las Artes / ROBER SOLSONA/EUROPA PRESS

Escribir sobre la tragedia de Valencia es ya muy difícil; no hacerlo, resulta imposible. Como imposible es ver un telediario sin alguna lágrima, especialmente ante el testimonio de una pérdida -un padre, un hijo o los abuelos-, o la inacabable columna de voluntarios solidarios que peregrinaron kilómetros con alimentos, pañales, palas y escobas. “Tal como entrabas en una casa para ayudar y te veían, se echaban a llorar de emoción”, cuentan algunos. “Y cuando estábamos limpiando, escuchamos por la radio al presidente valenciano recomendando que volviéramos a casa hasta que estuviera todo más organizado”, añade, indignado, otro. Si allí no había más ayuda que ellos, como sucedió en muchos puntos afectados, ¿cómo dejar tirada a aquella gente? Horas después se corrigió aquella declaración; como pediría........

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