Opinión | POLÍTICA
Luis Sánchez-Merlo
Miguel Tellado muestra en el Congreso un cartel con imágenes de víctimas de ETA. / J.J. GUILLÉN
El refrán "De aquellos polvos estos lodos", con una antigüedad de seiscientos años, es una expresión de uso corriente que, sin connotaciones afrodisíacas, nos sirve como hilo conductor de este apunte.
La apropiación –por una parte de los partícipes– del final de la banda terrorista está en el origen de las letras a plazo que sus herederos –los aliados más leales del sanchismo– han ido presentando al cobro.
ANÁLISIS
ANÁLISIS
Hay un manto de silencio sobre las contrapartidas y pocas certezas: la formación independentista obtiene apreciables resultados; gobierna Pamplona, el Jerusalén de Euskal Herria y está en la Comisión de Secretos Oficiales.
Desde que hace 13 años firmaron un pacto –que no hemos visto– que facilitaba su entrada en la política activa, su salvoconducto, "a nosotros nos importa un rábano la gobernabilidad de España, pero firmaremos los presupuestos si así conseguimos la excarcelación de presos etarras", se cumple con la gravedad con la que los vascos constitucionalistas respetan sus acuerdos.
En la otra orilla, los cientos de crímenes impunes, sin ayuda para aclararlos; la aplicación laxa de la legislación penitenciaria en la concesión de terceros grados; las excarcelaciones encubiertas y los ruidosos homenajes a la salida de las cárceles sin arrepentimiento (ongi etorri), convierten todo en un auténtico clamor, mientras contienen la hilaridad en sus escaños.
La investidura, tras las últimas elecciones generales, resultó compleja por las demandas de quienes pusieron un alto precio a sus votos, como el PNV (Euskadi) y Bildu (Euskal Herria), dos formaciones que compiten por el liderazgo de la........